Sudadera de ganchillo, o como se llame. Podría decir que me la tejió mi abuela, pero no: es de tienda y talla M.
Precioso color cielo. El patrón del tejido se intercala formando líneas (soy experto en tejer sudaderas, sé de lo que estoy hablando).
Te preguntarás: ¿pica? Te diré que no lo sé, porque nunca me la he puesto. Siempre me la encuentro cuando vacío el armario en verano. Me la estoy probando ahora mismo para escribir la descripción del producto, y no pica… pero sí da calor, supongo, porque es mediodía y estamos en septiembre.
No es fea, es bonita. La vendo porque ni el color, ni la forma, ni el estilo me quedan bien.
Mi forma de definir el producto forma parte de mi estrategia de marketing; para nada es verdadera ni define lo que realmente pienso de la prenda que vendo.